CORTA HISTORIA
Imagen Recuperada de Facebook. |
El 8 de noviembre de 1.581 don Juan Daza Frías tomó
posesión de las tierras que le fueron adjudicadas por el gobernador de
Popayán don Sancho García del Espinar;
éstas estaban ubicadas en los fértiles campos de Playa Rica, Chachafruto y El
Tablazo, al occidente del valle, tierras hoy ocupadas por el Aeropuerto
Internacional José María Córdova, La Fuerza Aérea y la Zona Franca, en las que
se evidencian una serie de intervenciones que han transformado profundamente
las características físicas y naturales del territorio.
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Como todas las poblaciones de las tierras sometidas al
dominio del imperio español su proceso de formación fue producto de la
expansión geográfica, la institucionalización y la oposición que los indígenas
le hicieron al nuevo poblador español. En este contexto también estuvieron de por
medio las ideas críticas que paulatinamente fueron ordenadas y filtradas por las
incipientes instituciones, las que fueron constituidas por personas de
reconocida solvencia moral, probadas luces intelectuales y experiencia jurídica
ó gubernamental. Las primeras relaciones de convivencia humana se fundaron en las profundas diferencias existentes entre
los pobladores extranjeros y los primeros criollos con las comunidades de los
Tahamíes y los Nutabés, y luego con los
negros traídos de las Antillas para suplir las necesidades de mano de obra dado
que ello no se podía hacer con el indígena. Esta triple concurrencia étnica
constituye el triángulo racial básico de la población, a partir de lo cual se
fueron definiendo las características de la pequeña población.
Ese mestizaje se constituyó en el molde de la población
rionegrera en el campo demográfico; en lo económico, fue su consecuencia el que
aparecieran personas preparadas físicamente para ejecutar trabajos que
incrementaron la productividad; y en el
capo social, dio lugar a la aparición de una élite que definió las
diferenciaciones sociales: algunos españoles y los criollos por herencia de sus
padres se inclinaron por la política y los grandes negocios comerciales; los
mestizos, desplazados en un principio, se adscribieron a la productividad
económica; y los mulatos y zambos, entraron a conformar la masa de trabajadores
sirvientes.
Esa naciente élite fue la encargada de librar una lucha
para lograr la organización del cabildo, pues fue su propósito dar consistencia
a la formación de la población; ese era un órgano de la tradición pobladora y
el carácter que tenía el municipio en España; lo lograron en 1.732, constituyéndolo en el estamento que le
infundió vitalidad al proceso formador y sentó las bases de la democracia
local.
Parroquia San Francisco. |
En 1.783 alcanzó la erección como ciudad, como
consecuencia del traslado de la Ciudad de Santiago de Arma, la que estaba
ubicada a orillas del Rio Cauca y ostentaba títulos y privilegios reales; con
ello logró la adopción del escudo como símbolo municipal y las imágenes de
Santiago, al apóstol, Nuestra Señora de la Concepción, imagen esta que había
sido regalada por el Rey don Felipe II a esa ciudad en octubre de 1.584. El 25
de septiembre de 1.786, el Rey don Carlos III de España, aprobó el decreto de
traslado, lo que puso término al letigio con los moradores de Arma y definió la
separación definitiva de la jurisdicción de Santa Fé de Antioquia. En los
siglos XVI, XVII y XVIII, dependió de Popayán, Arma y Santafé de Antioquia,
jurisdicciones marcadas fundamentalmente por el Rio Negro y la quebrada La
Pereira.
El traslado, que constituye uno de los hechos más
destacados de la historia de la ciudad y que significó una acelerada escala de
progreso, fue ordenado por el procurador Juan Miguel de Pulido, orden que
cumplió don Francisco Javier Montoya, por entonces alcalde mayor. En ese hecho
se destacaron don Francisco Silvestre Sánchez, quien como gobernador puso todo
su empeño en la iniciativa y el presbítero don José Joaquín González, a quién
correspondió la misión de traer las preciosas insignias religiosas a Rionegro.
Parque Principal de Rionegro. |
Desde mediados del siglo XVIII Rionegro fue una
floreciente ciudad en la que prestigiosas familias españolas dieron los primeros
trazos en la formación de la población y ejercieron una gran influencia en la
cultura y la economía; esos primeros asentamientos estuvieron motivados por el
interés por el oro que existía en el Rio Negro y la quebrada La Mosca, la
riqueza en los recursos naturales y las particulares condiciones del territorio
para el asentamiento humano. También a finales de este siglo algunas familias rionegreras,
al lado de otras de Marinilla, iniciaron la exploración de las tierras del sur
de la provincia, dando inicio a lo que se conoció como la Colonización
Antioqueña en el Occidente de Colombia, hecho del que fueron pioneros
personajes como don Felipe Villegas y Córdoba, Fermín López Buitrago y José María Aranzazu. Aquella colonización
forjó una generación de hombres que fueron fundadores de poblaciones como
Sonsón, Abejorral, La Ceja, Salamina,
Manizales, Santa Rosa de Cabal, San Rafael y Aranzazu.
Al finalizar el siglo XVIII, Rionegro, al lado de
Medellín, eran las dos ciudades más importantes de Antioquia, y en las primeras
décadas del siglo siguiente, alcanzó su mayor prestigio en la etapa de la
independencia, de la cual fue protagonista con una generación que llegó hasta el sacrificio por los ideales de
independencia y libertad. Próceres y hombres del clero aunaron esfuerzos para
crear un nuevo orden social e institucional;
de ellos se destaca el empeño por la liberación de los esclavos en dos
momentos diferentes; inicialmente
Javiera Londoño a darle libertad a sus 125
esclavos en 1.767, y luego, en 1.814 la expedición de la ley de
Manumisión, idea de don Juan del Corral y el doctor José Félix de Restrepo,
cuando el gobierno de la Provincia de Antioquia estuvo establecido en Rionegro;
un poco antes de este último hecho, 1.812, Antioquia se dio su constitución, la
que fue elaborada, discutida y aprobada en la Sacristía del templo parroquial,
el que había sido totalmente reedificado y que fue inaugurado solemnemente en
1.804.
Museo de La Independencia. |
La generación de la independencia marcó una imborrable
huella en la historia de Rionegro; fueron muchos los jóvenes que participaron
de esa gesta, pero tres en particular dejaron sus nombres como insignias de la
República, Juan de Dios Morales Estrada, protagonista en la proclama de
independencia de Quito en 1.809, Liborio Mejía Gutiérrez, comandante del
batallón de Antioquia y presidente dictador de la Nueva República, y José María Córdova, libertador de Antioquia
y prócer de la independencia de la
América Española entre 1.814 y 1.824.
En el siglo XIX se consolidó como centro comercial de la
Provincia y algunas casas comerciales se constituyeron en referente de la
economía regional, nacional e internacional, básicamente las casas Montoya
Sáenz y la de José María Uribe e hijos.
Después de la caída de la primera república
(1.810-1.816), los españoles al reconquistar todo el territorio de la Nueva
Granada, se dieron a la tarea de ordenar la apertura de caminos para comunicar
las diferentes provincias; en esto
también se había empeñado el dictador don Juan del Corral en su segundo
gobierno cuando lo ejerció desde Rionegro.
Museo de La Independencia. |
En 1.863 fue centro nacional de deliberación de la
convención Nacional convocada por el General Tomás Cipriano de Mosquera, para darle al país un modelo de
gobierno y orden constitucional; a
partir del 4 de febrero la convención nacional sesionó en la casa don Sinforoso
García, hasta aprobar la constitución de los Estados Unidos de Colombia, la que
rigió hasta 1.885. Durante aquellas sesiones, Pascual Bravo Echeverri,
convencionista suplente, fue elegido presidente del Estado de Antioquia, cargo
que ocupó hasta su muerte en la Batalla de Cascajo el 4 de enero de 1.864.
Al culminar el siglo XIX la ciudad había entrado en un
estado de atraso como producto de la concentración del comercio en Medellín, de
la industrialización de aquella y del desplazamiento de muchas familias que
salieron buscando educación para sus hijos y mejores condiciones de empleo y
actividades económicas. La producción agraria y pequeños oficios artesanales
fueron el soporte de la economía, en esas circunstancias se destacaron la
artesanía del zapato, la producción de la cabuya, los curtimbres de cuero, los
talleres de herrería y talabartería y las fábricas de jabón.
En 1.940 se dieron algunas iniciativas para promover la industria
y el progreso, una de ellos fue la
construcción de la hidroeléctrica de Rio Abajo, la que al terminar la primera
mitad de aquel siglo sirvió para el alumbrado público y para mejorar la
producción en algunas industrias menores, como la fabricación de paletas, por
ejemplo.
Museo de La Independencia. |
En 1.960 se marcó un nuevo punto de partida para el
desarrollo, en esa década se establecieron algunas factorías de la industria
textil antioqueña, inicialmente pepalfa, luego las filiales coltejer y fabricato. La planificación territorial tomó
fuerza a partir del primer plan regional
de desarrollo para el oriente antioqueño
1.963-1.970, formulado por el
instituto colombiano de planeación integral y la corporación social de
desarrollo y bienestar, con el que se buscaba un crecimiento ordenado del
territorio y calidad de vida para sus pobladores, luego el plan regulador
básico para Rionegro, también formulado por Codesarrollo y el documento del
departamento nacional de planeación: “un diseño para el desarrollo de los
valles de Aburrá y del Rio Negro”. En 1.963 el Hospital San Juan de Dios se
constituyó en un referente regional con la inauguración de una moderna sede en
las afueras de la población, dejando
atrás la vieja construcción de finales del siglo XVIII. En 1.964 la ciudad fue
declarada monumento nacional como reconocimiento de los valores de su
arquitectura colonial y a los hechos de la independencia, muchos plasmados en documentos, monumentos y
obras de arte; a muy pocos años de esta
declaratoria, fueron demolidas las edificaciones de la casa cural, de juzgados,
que constituían un conjunto arquitectónico, y la casa del cabildo y la
alcaldía, edificación de dos plantas, para dar paso a modernas edificaciones,
que en su momento establecieron una ruptura con la arquitectura, pero que
también fueron nuevos elementos emblemáticos de las plaza de la plaza de la
libertad.
La historia reciente de Rionegro tiene como referentes,
proyectos económicos, productivos, industriales, educativos, de servicios,
comunicación y turismo, que han sido factor de transformación y desarrollo, y
que la ponen en contacto con el mundo, en forma muy particular la producción de
flores a gran escala, la agroindustria e industrias como una gran imagen
corporativa como Riotex, pintuco, la nacional de chocolates y la zona franca
privada, la consolidación del comercio y el sector de servicios en el campo
hotelero, financiero y de salud, destacándose en este último la fundación Hospital
San Vicente de Paúl. El aeropuerto internacional José María Córdova, el que
entró en funcionamiento en 1.985, ha actuado como factor de desarrollo y
detonante de una serie de iniciativas
que hacen que la mirada de los planificadores y los inversionistas que poseen
de forma particular en las tierras de este valle.
REFERENCIAS:
Rionegro, hechos y personajes de su historia, Jesús
Gonzalo Martínez Cardona, Pág. 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31 y 32; Rionegro
2.018.
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