TALLERES, INDUSTRIA Y BANCA - HISTORIA DE UN PIONERO

La industria que se inició en Antioquia y especialmente en el oriente antioqueño durante el siglo XIX fue de tipo artesanal. En Rionegro, puede decirse que ésta comenzó en 1.813 cuando el sabio Francisco José de Caldas, por disposición de don Juan del Corral, fundó la Maestranza, incorporada al colegio de Rionegro. En ese establecimiento Caldas fabricó maquinaria para la Casa de Moneda de Medellín, fundió cañones, fabricó fusiles y muchos objetos para equipar el  ejército patriota durante las guerras de independencia.


Entre 1.879 y 1.880 los señores Lisandro Zuluaga y Miguel Giraldo establecieron en Rionegro la primera fábrica de cerámicas del departamento. Cinco años después se instaló la fábrica de textiles Tejidos La Constancia, de propiedad de don José María Montoya Arcila.



Simultáneamente, con el desarrollo de estas actividades de la economía, se inició la historia bancaria de la región. También fue Rionegro el pionero en esta actividad pues  la primera institución con éste carácter se fundó en ese municipio en 1.883, con el nombre de Banco de Oriente. Este ejemplo de los rionegreros fue seguido unos años más tarde por los sonsoneños.


De lo anterior puede concluirse que Rionegro ha sido, desde el pasado, un lugar importante en el desarrollo económico del Oriente Antioqueño. Desde el siglo XVIII los rionegreros se destacaron por el gran impulso que le dieron a la actividad comercial, llegando a  controlar buena parte de ese sector no sólo a nivel regional, pues Medellín y otras regiones del departamento se desarrollaron económicamente al calor de la iniciativa y el empuje que para las actividades comerciales tenían los hijos de ese municipio.


La actividad comercial en Rionegro no fue la única forma de ocupación de sus habitantes; también la actividad minera y agrícola constituyeron ejes importantes en la vida económica del municipio. A los rionegreros les gustaba dedicarse a diferentes actividades al tiempo; era común encontrar personas que tenían inversiones en minas, en el comercio y también en actividades agrícolas. Es por ello que a sus pobladores se les consideraba como grandes negociantes con inversiones en diferentes actividades. Con las ganancias obtenidas, algunos de ellos lograron acumular cierta cantidad de dinero que luego invirtieron en pequeñas industrias.

Parque Pricipal (Antiguo).


Pero el grado de desarrollo que durante muchos años constituyó lentamente el municipio se vio frenado a finales del siglo XVIII. Acosados por el hambre y la falta de tierras, se dedicaron a buscar nuevos horizontes en donde producir su sustento; se aventuraron en la empresa de colonizar nuevos territorios y las consecuencias desbordaron cualquier previsión que se tuviera sobre la colonización. Esto porque para principios del siglo XIX Rionegro recuperó con creces su papel de centro económico en toda la región, y empezó a serlo para las zonas recién colonizadas por sus pobladores. Nuevas áreas se sumaron a la producción de productos agrícolas y a la minería, actividades en las que los rionegreros tenían conocimiento y experiencia.


El desarrollo que alcanzó la localidad como  consecuencia de la colonización fue el resultado no sólo del mayor dinamismo de sus actividades económicas más tradicionales –el comercio, la minería y la agricultura- sino también de un ingrediente adicional y nuevo: el  desarrollo de algunas industrias, en su mayoría de carácter artesanal. Se fundaron talleres donde se fabricaron desde cañones y fusiles para la guerra hasta sencillos trapiches para la molienda. También hubo talleres de tejidos que utilizaron la lana como materia prima; talleres de cerámica, fraguas, carpinterías, ebanisterías y de artesanías de cuero, además de una pequeña fábrica de telas. Todas estas actividades se desarrollaron apoyadas en un comercio creciente para este tipo de productos.

Imagen Recuperada Fanpage IMER.


Aunque la actividad industrial en Rionegro no alcanzó a superar en importancia económica y social  al comercio, su crecimiento durante varios años tuvo bastante significación porque vinculó a numerosos pobladores a esa actividad económica. Estos trabajadores constituirían un mercado nuevo para los alimentos y productos manufacturados fabricados en las pequeñas industrias y talleres locales.

 

Tiempo de cambio: la agricultura


Desde la última década del siglo XIX hasta las 3 primeras  del siglo XX, el municipio perdió algo de desarrollo que había logrado con sus pequeñas industrias, pues apareció otro municipio, Sonsón, que empezó a competir con Rionegro con productos como tejidos de lana y algodón; alimentos, como chocolate, trigo, galletas, etc; cervezas y gaseosas, zapaterías, fraguas, carpinterías, fundiciones y otros productos. También  en la agricultura Sonsón venía cumpliendo un papel más  importante dentro de la región. Produccía café, trigo, cacao y maíz. Algunos de estos productos salían al mercado con alguna transformación inicial para ser consumidos. De igual modo, los sonsoneños venían desarrollando también la minería y el comercio, lo que condujo a que ese municipio se constituyera en un centro muy importante en diversas actividades económicas que competían con las de Rionegro. Estas circunstancias colocaron a éste en una coyuntura económica grave. 


Desaparecieron casi por completo sus fábricas de tejidos, la producción artesanal de fique y la industria del calzado; ésta última había sido en otros tiempos una de las actividades que mayor desarrollo había logrado en Rionegro.



No sólo el desarrollo de Sonsón afecto a este municipio, a su comercio y a su industria; también el avance de la industria y el comercio de Medellín en la primera década del siglo XX. Los productos elaborados en las industrias de Medellín, Envigado, Bello, Caldas y Amagá penetraron al mercado del oriente antioqueño a través de comerciantes de la capital, y con ello los rionegreros empezaron a perder el control que antes tenían sobre la actividad comercial en toda la región.


Esta situación condujo a cambios importantes en lo que hasta ese momento había sido la vida económica de Rionegro. Pudiéramos decir que sus pobladores tuvieron que adaptarse a nuevas condiciones señaladas desde afuera: de comerciantes, pequeños industriales y artesanos se convirtieron en agricultores que cultivaron diversos productos que requería la industria de Medellín. Los pobladores de ese municipio iniciaron entonces la producción de materias primas como fique, lana, trigo, etc. Produjeron también diferentes alimentos como fríjol, maíz y papa para surtir los mercados de Medellín, Envigado, Caldas, Bello y Amagá con el fin de alimentar a los trabajadores de las industrias que se conformaban en la ciudad y sus municipios cercanos.


La manera artesanal como se producían en Rionegro las diferentes manufacturas no pudo seguir compitiendo con las modernas industrias que se crearon en Medellín. En esta ciudad los nuevos industriales estaban en mejores condiciones para producir a menores precios y con mejor calidad. Empresas como Coltejer y Fabricato invadieron de textiles al mercado que antes estaba en manos de los rionegreros. Para el año de 1.938 sólo quedaba en Rionegro la fábrica hilados y tejidos, pero no resistió por mucho tiempo la competencia; en 1.945 despareció esta industria del municipio.


La industria del calzado, que había logrado en años anteriores un desarrollo destacado en Rionegro, se vio en la necesidad de contratar trabajo a domicilio. Algunos de los productores decidieron establecerse en Medellín, pues tenían el capital necesario para introducir técnicas más modernas de producción.

Imagen RecuPerada Fanpage IMER.


La difícil situación económica a la que se vió enfrentado Rionegro hizo que muchos de sus hijos tuvieran que irse para Medellín a buscar trabajo. Algunos de ellos lograron vincularse fácilmente a empresas como Coltejer pues los rionegreros tenían cierta ventaja sobre otro tipo de trabajadores dada su gran experiencia y conocimientos en las actividades que requería la industria de Medellín.


Como resumen de las primeras seis décadas del siglo XX, puede decirse que Rionegro no logro conservar durante todo el tiempo su papel como centro económico importante en la región del oriente antioqueño. Antes bien, se vió afectado en diferentes momentos por diversos hechos que enrumbaron su vida económica de un modo distinto. Desde principios del siglo XX, Rionegro se convirtió en un  lugar al que se recurrió para satisfacer las necesidades de la industria localizada en el Valle de Aburrá. De todos modos, hay que destacar el papel que jugó el municipio en relación con la producción de materias primas y alimentos necesarios para la industria que venía desarrollándose en la capital antioqueña principalmente.


REFERENCIAS:

Colección de estudios de localidades, CORNARE-INER, Rionegro- Antioquia, Pág. 45, 46, 47 y 48.


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